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Cáncer de próstata. Completísimo informe.

Cáncer de próstata. Completísimo informe.

El cáncer de próstata es el más frecuente en los varones, si se contabilizan los casos asintomáticos descubiertos en autopsias. El diagnóstico precoz y los avances terapéuticos han contribuido a disminuir la tasa de mortalidad.

El adenocarcinoma prostático o cáncer de próstata es el tumor maligno más frecuente en el varón si se incluyen los descubiertos en las autopsias y los que son hallados incidentalmente sin que presenten síntomas. Si no se tiene en cuenta esto, sería el más frecuente tras el cáncer de pulmón. Se calcula que uno de cada seis hombres del primer mundo sufrirá esta enfermedad. Sólo en España se diagnostican 25.000 casos de cáncer de próstata al año.

Es importante remarcar que, si se diagnostica a tiempo la gran mayoría de casos tienen unas altas posibilidades de curación.

Los adenocarcinomas de próstata suelen originarse (hasta en un 95% de los casos) en la zona periférica de la próstata, a diferencia de la hipertrofia benigna de próstata (HBP), que se origina en la zona central.

El cáncer prostático frecuentemente tiene varios focos dentro de la próstata, y entre ellos hay diferentes grados de diferenciación; en esto se basa la clasificación de Gleason (aceptada internacionalmente). Consiste en realizar un análisis de tejido prostático procedente de dos de los focos (obtenido mediante una biopsia), y asignar un valor entre 2 y 10, según el grado de anormalidad del tejido examinado. La escala de Gleason indica el pronóstico de la enfermedad, independientemente del estadio o la fase de desarrollo en que se encuentre la enfermedad. Para determinar el estadio se utiliza normalmente la clasificación TNM.

Clasificación TNM

Se puede emplear el sistema TNM, que representa la extensión del tumor primario (T), la extensión a los ganglios linfáticos (N) y la difusión (metástasis) a otros órganos (M).

T define el tumor

T1: Tumor inaparente clínicamente (no palpable ni visible por técnicas de imagen).

T1a: Hallado incidentalmente. Afectación menor del 5% del tejido resecado.
T1b: Hallado incidentalmente. Afectación mayor del 5% del tejido resecado.
T1c: Tumor identificado por punción-biopsia por aumento de PSA.

T2: Tumor limitado a la próstata.

T3: Extensión del tumor por fuera de la cápsula.

T4: Tumor fijo o que invade órganos adyacentes distintos a las vesículas seminales (cuello vesical, esfínter externo, recto, músculo elevador o pared pelviana).

N define la afectación ganglionar

NX: No se pueden estudiar los ganglios regionales.

N0: No hay metástasis ganglionares.

N1: Metástasis a ganglios regionales.

M define las metástasis

M0: No metástasis.

M1: Metástasis a distancia.

 

Causas del cáncer de próstata

La dependencia hormonal del cáncer de próstata –y de ahí la utilidad de sustancias hormonales en su tratamiento– parece indicar que los andrógenos intervienen en su aparición. Sin embargo, no se ha podido establecer la relación de otros factores como los genéticos, ambientales o de carácter infeccioso con este tipo de cáncer.

Existen, no obstante, una serie de factores de riesgo que pueden favorecer la aparición del cáncer de próstata, y que se relacionan a continuación:

Factores de riesgo del cáncer de próstata

Edad: normalmente aparece a partir de los 45 años, y las posibilidades de desarrollar este tipo de cáncer aumentan con la edad.

Raza: es más frecuente y más agresivo en los hombres de raza negra. Entre los afroamericanos estos tumores tienden a comenzar antes y crecer con más rapidez.

Factores genéticos: tener familiares con cáncer de próstata aumenta de 2 a 3 veces el riesgo de padecerlo, más cuanto más cercano es el parentesco con el enfermo (padres, hermanos o hijos).

Dieta: el consumo de grasa animal, sobre todo de carnes rojas, y de lácteos con alto contenido graso, incrementa el riesgo. Una dieta pobre en frutas y verduras también podría incidir. Por el contrario, los vegetales, como el tomate y la soja, y otros alimentos, como el salmón, podrían proteger frente a la aparición de estos tumores.

Hormonas: la elevación de testosterona y de IGF-1 (factor de crecimiento insulínico) se relacionan con un mayor riesgo.

Frecuencia eyaculatoria: parece que tener cinco o más eyaculaciones semanales tiene un efecto protector.

Obesidad: como en otros muchos cánceres, la obesidad aumenta el riesgo de desarrollar cáncer de próstata.

 

Síntomas del cáncer de próstata

En los primeros estadios del cáncer de próstata este no suele presentar síntomas en la mayoría de hombres, de ahí que cuando lo hacen suele ser tarde y haberse ya extendido en muchos casos fuera de la próstata.

Entre los síntomas del cáncer de próstata habituales vemos que:

Puede producir síntomas obstructivos del tracto urinario inferior, parecidos a los que se producen en la hipertrofia benigna de próstata, aunque el síntoma que no se da en esta última es la presencia de sangre en la orina. Puede haber dificultad para orinar o para detener el pis, o necesidad de levantarse a menudo por las noches a miccionar. También pudiera aparecer una sensación de ardor al hacerlo.

Se ha comprobado que hasta el 25% de los pacientes que tienen problemas de retención de orina de forma aguda presentan un carcinoma prostático; y de estos, alrededor de un 25% presentan metástasis en el momento del diagnóstico, que pueden producir dolor óseo, compresión medular, alteraciones en la coagulación…

Otros posibles síntomas de cáncer de próstata son el dolor en la parte inferior de la espalda, los muslos o las caderas; o el tener disfunción eréctil.

Actualmente estos signos están disminuyendo, gracias a la realización de pruebas que facilitan el diagnóstico de la enfermedad en estadios tempranos y asintomáticos. No obstante, estas manifestaciones no son un indicativo exacto de la presencia de cáncer de próstata y podrían deberse a otros problemas, por lo que conviene acudir al médico para que disipe tus dudas.

A modo de resumen, y cuando se presentan, podríamos decir que son posibles síntomas de cáncer de próstata:

Necesidad de orinar con frecuencia, sobre todo por la noche.

Dificultad para comenzar a miccionar o detener la orina.

Problemas para vaciar la vejiga por completo.

Flujo urinario débil o con interrupciones.

Sentir dolor o ardor al miccionar o al eyacular.

Presentar sangrado en la orina o en el semen.

En fases avanzas, un tumor prostático puede causar dolor profundo y persistente en la parte inferior de la espalda, las caderas, la pelvis o la parte superior de los muslos.

 

Diagnóstico del cáncer de próstata

Diagnosticar precozmente un tumor en la próstata aumenta considerablemente las probabilidades de curación del mismo. Por ello, es importante que todos los hombres se realicen revisiones anuales, o a partir de los 45 años si se tienen antecedentes familiares de casos de cáncer próstatico. Para llegar al diagnóstico de cáncer de próstata se realizan las siguientes pruebas:

Tacto rectal

Se trata del método fundamental de aproximación diagnóstica, por lo que suele aconsejarse un tacto rectal y una evaluación de PSA (marcador tumoral) anual a los hombres mayores de 50 años con el fin de detectar precozmente tumores de próstata.

En el tacto rectal se detectan todos los estadios salvo el T1 que, como se ha visto en la clasificación TNM, es un hallazgo incidental.

Al tacto, el carcinoma se presenta como un nódulo duro irregular.

Marcadores tumorales

La fosfatasa ácida prostática (FAP) es un marcador específico, pero cuando se eleva el cáncer suele estar ya diseminado fuera de la próstata, por lo que no resulta útil en el diagnóstico precoz.

El antígeno prostático específico (PSA) es un marcador de tejido prostático (es decir, cuanta más masa prostática haya, más elevado estará), y sus niveles suelen estar más aumentados en el cáncer, pero también pueden elevarse por patología benigna, por lo que si no está muy aumentado, de forma aislada no orienta hacia el cáncer.

Valores de PSA y posible relación con el cáncer de próstata:

Menor de 4 ng/ml: cáncer poco probable.

Mayor de 10 ng/ml: aumento de las probabilidades de cáncer, por lo que se realiza biopsia.

Entre 4 y 10 ng/ml: se deben utilizar otros parámetros para valorar la necesidad de una biopsia.

Pruebas de imagen

La ecografía a través del recto es lo más útil para comprobar el estadiaje local, ya que además de valorar la próstata se ven las estructuras cercanas.

TAC

La tomografía axial computarizada (TAC) y la resonancia magnética se utilizan fundamentalmente para valorar los ganglios y las metástasis.

La gammagrafía ósea se usa en la detección de metástasis óseas, y suele realizarse cuando existe sospecha de que se hayan producido este tipo de metástasis, es decir, si la puntuación obtenida en la escala de Gleason es muy elevada y también lo es el PSA, ya que hay que averiguar si hay metástasis, sobre todo a la hora de plantear el tratamiento.

Biopsia prostática

Se realiza para confirmar el diagnóstico de cáncer de próstata. Está indicada si hay sospecha de cáncer, ya sea por el tacto rectal, por el aumento de los marcadores tumorales, o si se ha observado alguna alteración en las pruebas de imagen.

 

Tratamiento del cáncer de próstata

En el cáncer que esté limitado a la próstata, y según la edad y el estado general del paciente, se indicará un tratamiento con intención curativa, pero si el cáncer está diseminado el objetivo del tratamiento es paliativo, para mejorar la calidad de vida del enfermo.

Estas son las opciones de tratamiento existentes para pacientes con cáncer de próstata:

Abstención terapéutica

Consiste en una estrecha vigilancia del paciente durante la progresión de la enfermedad, hasta llegar a un punto en el que se instaura el tratamiento, generalmente paliativo, como la hormonoterapia.

Esta pauta puede ofrecerse a pacientes con tumores de bajo grado y escaso volumen, asintomáticos, con una expectativa de vida inferior a los 10 años, o a aquellos pacientes que no acepten los posibles efectos secundarios de los tratamientos.

Prostatectomía radical

Se quita la próstata y las glándulas seminales.

Complicaciones más frecuentes:

Deben valorarse al año de la intervención, ya que hay mejoría hasta ese momento aproximadamente.

Incontinencia (2-57%): es más frecuente cuanto mayor es la edad del paciente.
Impotencia (50%): en los hombres mayores de 60 años puede llegar al 80%.

Radioterapia externa

La radioterapia externa es un tratamiento radical alternativo a la prostatectomía radical, y su resultado es mejor si se combina con el bloqueo androgénico, ya que los andrógenos influyen en la progresión del cáncer de próstata.Posibles complicaciones

Las complicaciones son similares a las de la cirugía, pero hasta los 2 años pueden aumentar:

La impotencia.
La incontinencia.
Las complicaciones a nivel digestivo y urinario, como diarrea, cistitis…

Braquiterapia

Es un tipo especial de radioterapia en la que se implantan dentro de la próstata semillas radiactivas, que se controlan ecográficamente.

La ventaja de esta técnica frente a la radioterapia externa es que se pueden emplear dosis muy altas de radiación localizada sobre el tumor, y disminuyen las posibilidades de dañar a los tejidos sanos que lo rodean.

La braquiterapia es válida en los tumores en estadios bajos, como T1 y T2, con resultados parecidos a los obtenidos mediante cirugía.

Posibles complicaciones:

Urgencia a la hora de orinar o defecar.
Retención de orina.
Sangrado por el recto o rectorragia.
Impotencia.

Hormonoterapia

La supresión hormonal puede frenar el crecimiento de las células del adenocarcinoma prostático que tienen algún tipo de dependencia hormonal. Para esto se utilizan distintas fórmulas:

Castración.
Estrógenos.
Progestágenos.
Agonistas de la hormona liberadora de hormonas sexuales.
Bloqueadores de los andrógenos.
Quimioterapia. No es muy efectiva en el adenocarcinoma prostático.

Efectos secundarios del tratamiento hormonal:

Disminución de la libido.
Impotencia.
Sofocos.
Aumento de las mamas.
Aumento de peso.
Pérdida de masa muscular.
Pérdida de pelo.
Disminución de la masa ósea (osteoporosis).
Anemia.
Variaciones lipídicas.
Hiperglucemia.
Hipertensión.
Alteraciones emocionales y mentales.
Cambio de carácter.
Depresión y ansiedad.

Tratamiento por estadios del cáncer de próstata

Estadio T1a: no se precisa tratamiento, aunque en algunos casos se plantea en los pacientes menores de 60 años con una elevada esperanza de vida.

Estadio T1b- T2c: prostatectomía radical, +/- radioterapia.

Estadio T3a en adelante: el paciente suele ser un hombre mayor con mal estado general, aunque cada vez hay menos pacientes en estos estadios gracias a los avances en los tratamientos y en la detección precoz. En estos casos se realiza tratamiento hormonal, aunque a veces se usa la radioterapia a modo paliativo en las metástasis que producen dolor.

Recidiva tumoral tras el tratamiento con intención curativa

Tras la prostatectomía radical los pacientes son monitorizados con los niveles de PSA que, tras la cirugía, deberían quedar a cero, por lo que si no es así puede indicar la presencia de masa tumoral en el organismo, ya sea porque quedan restos de próstata o porque se ha producido metástasis.

Tras emplear la radioterapia como tratamiento del cáncer de próstata localizado, el PSA se queda bajo, pero no a cero como con la cirugía, por lo que si ese valor bajo que se denomina valor nadir aumenta, habría que pensar en recidiva.

Tratamiento de urgencia del cáncer de próstata

En estadios avanzados el cáncer de próstata puede producir compresión medular; en estos casos se hará tratamiento hormonal y neurocirugía, para descomprimir.

Publicado en: https://www.webconsultas.com


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