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Cáncer de colon. Informe completo.

Cáncer de colon. Informe completo.

El cáncer de colon o del intestino grueso es el más común del aparato digestivo. Es, en conjunto, el primer tumor maligno en incidencia y el segundo en mortalidad. La mayoría de estos cánceres se localizan en el colon descendente, en el sigma y en el recto. El colon (que consta de cuatro partes –ascendente, descendente, transverso y sigmoideo–) junto con el recto y el ciego forman el intestino grueso. Se puede considerar como la última parte o porción del aparato digestivo, encargándose de procesar los nutrientes de los alimentos que tomamos, absorbiendo algunas vitaminas y extrayendo agua y sal del alimento digerido para convertirlo en sólido antes de que los desechos sean excretados del organismo.

El cáncer de colon y recto se da sobre todo a partir de los 50 años, y es más frecuente en los varones. Se desarrolla casi siempre sobre una lesión benigna inicial llamada pólipo, que tarda años en crecer y que sólo en un 5-10% de los casos se maligniza.

Según las características microscópicas del tumor, se pueden diferenciar diversos tipos de cáncer a este nivel, pero en el 95% de los casos se trata de adenocarcinomas, por lo que se va a hacer referencia en todo momento a esta variedad.

Incidencia del cáncer de colon

Aunque las neoplasias malignas de pulmón y mama son las que se presentan con mayor asiduidad en los sexos masculino y femenino, respectivamente, el cáncer de colon y recto es la neoplasia que afecta con mayor frecuencia a ambos sexos, resultando una de las principales causas de muerte por cáncer en los países occidentales.

La incidencia de cáncer colon se ha incrementado en los últimos años, como ha ocurrido, en general, en todos los países industrializados, siendo el tercero más habitual en hombres y el segundo más común en mujeres. En nuestro país supone la segunda causa de muerte por cáncer, con cerca de 14.500 fallecimientos anuales. A pesar de todo, se trata de uno de los tumores más fáciles de diagnosticar y, si se hace precozmente, tiene unas altas tasas de curación.

Causas y factores de riesgo del cáncer de colon.

En el desarrollo de cáncer de colon pueden estar involucrados tanto factores de riesgo genéticos como factores ambientales. Veamos a continuación algunas de las causas del cáncer de colon.

Alimentación rica en grasas y calorías

Los especialistas opinan que una dieta rica en grasas saturadas favorece la aparición del cancer de colon. También existe un incremento del riesgo de desarrollar la enfermedad cuando el individuo es obeso o mantiene una alta ingesta calórica.

Por el contrario, los suplementos de calcio y la aspirina podrían disminuir este riesgo. Sin embargo, se han realizado estudios en los que no se ha podido demostrar que la ingesta de fibra disminuya el riesgo.

Edad (mayores de 40 años)

Habitualmente el cáncer de colon aparece por encima de los 50 años, aunque existe un aumento del riesgo a desarrollarlo a partir de los 40 años, y la mayoría de los pacientes tienen en torno a 75 años.

Pólipos como posible causa

Existe una importante relación entre el cáncer de colon y la presencia de pólipos adenomatosos. Un pólipo es una protuberancia que aparece sobre la superficie de la mucosa intestinal. Hay distintos tipos, pero solo los adenomatosos son claramente premalignos; además, solo una minoría de estos se convierten en cáncer, de forma que los cánceres debidos a la transformación de un pólipo suponen el 1% de todos los cánceres.

Enfermedades asociadas

El hecho de padecer una enfermedad inflamatoria intestinal (enfermedad de Crohn o colitis ulcerosa) supone un riesgo aumentado para desarrollar cáncer de colon, sobre todo en el caso de la colitis ulcerosa. Hay otras situaciones que también constituyen un incremento del riesgo de esta enfermedad, como haber sufrido cáncer de mama y del aparato genital, o haber tenido adenomas en el colon.

Cáncer de colon previo

El haber sufrido previamente un cáncer colorectal aumenta el riesgo de padecer un segundo episodio.

Factores genéticos como causa del cáncer de colon.

También supone un alto riesgo tener familiares que hayan padecido cáncer de colon hereditario o síndrome de poliposis.

Se han tipificado diversas alteraciones genéticas relacionadas con el desarrollo de cáncer de colon, en concreto los genes alterados en la poliposis familiar y en el cáncer de colon hereditario.

El 90% de los cánceres de colon surgen de forma esporádica, mientras que el 5-10% corresponden a cáncer hereditario no asociado a poliposis, es decir, que el enfermo tiene más familiares con cáncer. En torno al 1% de los cánceres de colon se originan a partir de un síndrome de poliposis adenomatosa (presencia de múltiples pólipos en el colon), que también afecta a más de un familiar.

Síntomas.

La forma de presentación clínica y los síntomas del cáncer de colon varían en función de la localización del tumor, aunque muchos pacientes pueden no presentar síntomas o ser inespecíficos, de ahí la importancia de los cribados a tiempo:

En los tumores del colon izquierdo sus síntomas se manifiestan en general en forma de sangre en heces, alteración en el ritmo intestinal (estreñimiento o diarrea), y sensación de evacuación incompleta tras la deposición, entre otros síntomas.

En los tumores del colon transverso sus síntomas suelen manifestarse produciendo dolor y síntomas obstructivos. Aunque es más frecuente en esta localización, el crecimiento del tumor puede ocluir la luz intestinal y originar un cuadro agudo de obstrucción intestinal provocando un dolor de tipo cólico, distensión abdominal y vómitos.

Los tumores del colon derecho suelen causar hemorragia oculta (no se puede apreciar a simple vista), ocasionando anemia crónica debida a la pérdida de sangre, que es la que dará lugar a los síntomas (cansancio, palidez, etcétera).

Una complicación poco frecuente del cáncer de colon, pero muy grave, es la perforación intestinal. Si se produce puede dar lugar a una peritonitis que hay que tratar de forma urgente.

Además de estos síntomas locales, el cáncer de colon también puede dar lugar a síntomas generales como cansancio, pérdida de apetito y de peso, fiebre tumoral, etcétera.

Signos de alarma del cáncer colorectal

En cualquier caso «los síntomas de alarma que hacen sospechar un cáncer colorrectal son la alteración del ritmo intestinal, el dolor abdominal y la aparición de sangre roja en las heces (rectorragia) o hematoquecia (sangre mezclada con las heces). Estos síntomas no son exclusivos del cáncer colorrectal, porque pueden aparecer en otras enfermedades benignas o malignas. Sin embargo, debe consultar con su médico».

En la exploración por sospecha de este tumor o utro problema de salud, el médico puede identicar alguno de estos signos:

Nódulos o masas en el abdomen.

En un tacto rectal puede identificar un tumor rectal.

Organomegalias (incremento del tamaño de un órgano, como el hígado).

Ascitis.

Adenopatias (ganglios de un tamaño mayor del habitual).

Diagnóstico.

Diagnosticar a tiempo el cáncer de colon puede salvarte la vida, ya que se estima que este tumor se cura en nueve de cada diez detectados de forma precoz.

Estos son los métodos empleados para diagnosticar el cáncer colorrectal:

Diagnóstico del cáncer de colon mediante exploración física

El médico observa la palidez que presenta el paciente a consecuencia de la anemia crónica. También puede detectar masas abdominales, ganglios aumentados de tamaño, y otras manifestaciones físicas apreciables mediante el examen del enfermo.

Es muy importante practicar un tacto rectal para descartar que la localización del tumor sea en el recto, y para estudiar el contenido y color fecal y detectar hemorragia en heces si existiera.

Diagnóstico del cáncer de colon mediante pruebas de imagen

El mejor método de diagnóstico que siempre debe emplearse ante la sospecha de un cáncer de colon es la colonoscopia. Con esta prueba se puede observar el interior del tubo digestivo y extraer muestras de las lesiones sospechosas para luego analizarlas.

En el caso de que haya lesiones que obstruyan la luz intestinal y no permitan el paso del endoscopio, se debe realizar un enema opaco para poder ver la silueta del colon mediante radiografías.

Una vez que se haya confirmado la presencia de un cáncer de colon hay que hacer una serie de pruebas para determinar la extensión de la enfermedad. Estas pruebas incluyen obligatoriamente una radiografía de tórax para descartar metástasis pulmonares, y una ecografía o TAC abdominal para descartar metástasis hepáticas.

Estadios del cáncer de colon

En función de la extensión del tumor en la pared del colon podemos clasificar el cáncer en distintos estadios (clasificación de Astler–Coller) que son importantes para establecer el tratamiento adecuado, y también de cara al pronóstico.

Estadio A: el tumor solo afecta a la mucosa del colon.

Estadio B: los ganglios linfáticos no están afectados (en función de la extensión en la pared distinguimos dentro de este estadio: B1, B2 y B3).

Estadio C: los ganglios linfáticos sí están afectados (también se pueden distinguir en este estadio: C1, C2 y C3).

Estadio D: hay metástasis.

Antígeno carcinoembrionario (CEA)

Es una proteína que se detecta en la sangre en estos pacientes, pero no es específica del cáncer de colon, es decir, puede aparecer en otros procesos incluso benignos, por lo que no es útil para diagnosticar la enfermedad, pero sí resulta útil para el seguimiento de los pacientes operados, y es preciso determinar su valor antes de la cirugía para poder compararlos posteriormente.

Diagnóstico precoz del cáncer de colon

Consiste en programas de detección de cáncer en pacientes que no tienen síntomas, de forma que la enfermedad se puede detectar y tratar muy pronto para mejorar el pronóstico a largo plazo.

Actualmente se recomienda realizar el test de sangre oculta en heces de forma anual a partir de los 50 años. En pacientes con antecedentes familiares de cáncer de colon, o con enfermedades asociadas al mismo, las revisiones deben iniciarse de forma más precoz, e incluir la endoscopia desde el principio.

Este test inmunológico es una prueba de laboratorio segura y muy sencilla, no requiere ningún tipo de preparación previa por parte del paciente (no necesita llevar dieta) y es muy fácil de recoger.

Si los resultados del análisis son negativos se debe repetir cada 1-2 años y si son positivos se ha de realizar una colonoscopia completa para confirmar el diagnóstico. En otras situaciones puede ser necesario practicar inicialmente una colonoscopia óptica o bien complementar el estudio con una colonoscopia virtual.

Su coste medio es muy económico, de alrededor de dos euros, sobre todo en relación a su eficacia preventiva, ya que consiguen reducir a un tercio la mortalidad por cáncer de colon. Según datos del año 2013 el coste medio del tratamiento de un cáncer colorrectal en España superaba los 27.000 euros, sin contabilizar las nuevas terapias biológicas y los tratamientos neoadyuvantes que pueden requerir los pacientes con cánceres más avanzados.

Tratamiento del cáncer de colon

Existen distintas posibilidades para afrontar el tratamiento del cáncer colorrectal, que se decidirán junto al especialista oncológico en función del paciente, la localización del tumor o la fase en la que se encuentre para conseguir las mayores tasas de éxito y facilitar la recuperación del paciente:

Cirugía del cáncer colorectal

El tratamiento de elección en el cáncer de colon es la cirugía. El tipo de resección dependerá de la localización del tumor, de forma que en algunos casos se podrá extirpar la zona de la neoplasia simplemente, y en otros habrá que extirpar segmentos mayores que incluyan colon sano.

Hay ocasiones en que el tumor no puede ser resecado, por lo que habrá que colocar prótesis en el interior de la luz intestinal para permitir el tránsito a ese nivel y aliviar los síntomas, o bien realizar una operación paliativa para prevenir la obstrucción intestinal.

 En el caso de que haya metástasis en otros órganos, se realizará la cirugía en el colon y se estudiará la posibilidad de extirpar también esas metástasis, en función de su localización y tamaño y del estado general del paciente.

Radioterapia

Se emplea en el cáncer de recto. Se puede utilizar antes de la cirugía en el caso de tumores grandes para reducir su tamaño, y también después de la cirugía, a partir del estadio B2, para disminuir el riesgo de recidiva del cáncer.

Quimioterapia

Se puede emplear como tratamiento en el cáncer de colon y de recto a partir del estadio B2 tras la cirugía para aumentar la supervivencia. En el caso de enfermedad diseminada (estadio D) también se puede utilizar como quimioterapia paliativa.

Seguimiento posoperatorio del cáncer de colon

Tras el tratamiento, la mortalidad a causa de este tumor se debe a la aparición de recidivas locales o a distancia, por lo que ha de llevarse a cabo un posterior seguimiento para detectar estas posibles evoluciones de forma temprana.

Actualmente no existe una pauta definida sobre la forma de realizar este seguimiento, pero hay una serie de pruebas que no pueden faltar, como:

Colonoscopia: es el mejor método para el diagnóstico de la recidiva local o el cáncer metacrónico (nuevo tumor en el colon que se presenta en una localización distinta de aquella en la que se situaba la neoplasia inicial). Se debe realizar una colonoscopia al año de la cirugía y, posteriormente, cada 2-3 años. Si no se encuentra ningún hallazgo tumoral se puede realizar una cada 5 años.

Medición de antígeno carcinoembrionario: debe volver a sus valores normales tras la resección del tumor, y se recomienda medirlo cada 3 meses. La elevación del CEA es muy buen marcador de recidiva tumoral, y en muchas ocasiones el primer dato que aparece, por lo que si se detecta el CEA elevado se recomienda realizar pruebas para localizar la recidiva (radiografía de tórax, TAC abdominal, gammagrafía ósea…).

Pronóstico del cáncer de colon.

El pronóstico del cáncer de colon depende de la extensión que tenga el tumor en la pared del colon, de la existencia o no de ganglios linfáticos afectados, y de la presencia o no de metástasis.

Hay una serie de factores que determinan un peor pronóstico:

Elevación preoperatoria del CEA por encima de 5 ng/ml.

Existencia de invasión venosa.

Que se presente como una obstrucción.

Que exista perforación de la pared del colon.

Determinadas alteraciones genéticas en las células del tumor.

La supervivencia global de los pacientes con cáncer de colon cinco años después de la resección quirúrgica radical es de alrededor del 40-50%, pero este porcentaje se distribuye de forma diferente en relación con los distintos estadios, de forma que en el estadio A la supervivencia a los 5 años llega al 75%, mientras que en el estadio D no sobrepasa el 1%.

 

Prevención.

A pesar de tratarse del cáncer con mayores índices de mortalidad en nuestro país, paradójicamente, es uno de los más tratables, y uno de los que mejor pronóstico ofrece en caso de detectarlo precozmente. La supervivencia media actual en España es de alrededor del 50% a los cinco años del diagnóstico. Sin embargo, si se detecta a tiempo, se estima que el cáncer colorrectal se puede curar en un 90% de los casos. Para ello, es preciso activar una serie de medidas preventivas encaminadas en dos sentidos: mejora de los hábitos de vida y realización de pruebas de detección precoces.

Prevención primaria del cáncer de colon

Tener unos hábitos de vida saludables es fundamental para prevenir el riesgo de padecer cualquier cáncer, también este. En este sentido, conviene que sepas cuáles de estos sencillos cambios puedes empezar desde hoy mismo:

Lleva una dieta equilibrada

La dieta mediterránea es el paradigma de dieta saludable, síguela.
Los alimentos ricos en fibra (cereales integrales, legumbres, harinas integrales, frutos secos, hortalizas…) son buenos para tu organismo, tómalos con frecuencia.
Incluye en tu alimentación habitual alimentos ricos en ácido fólico, como los vegetales de hoja verde, legumbres, frutos secos, aguacate, así como lácteos y productos con vitamina D.
Intenta cumplir con las recomendaciones de los expertos y toma cinco raciones de fruta o verdura al día.
Mira siempre las etiquetas de los productos que consumes, consérvalos siguiendo las instrucciones de los fabricantes y consúmelos antes de que se estropeen.
Las carnes rojas, y el consumo de grasas en general, aumenta el riesgo de cáncer, modera su ingesta a un máximo de dos veces por semana.
Reduce la toma de dulces y alimentos ricos en azúcares.
El alcohol es uno de los factores de riesgo más evidentes, dale de lado. 10 gramos de alcohol diarios incrementan un 7% el riesgo de cáncer colorrectal.

No fumes

El tabaco es causante directo e indirecto de gran cantidad de cánceres. No te la juegues, apaga el cigarro.

Practica regularmente ejercicio físico

Un mínimo de 30 minutos diarios o al menos 3 o 4 días por semana sal a correr, nadar o caminar a buen ritmo. Cualquier deporte es bueno para mantenerse en forma y tener a raya el cáncer.

Evita el sedentarismo

La obesidad y el sobrepeso son factores de riesgo de muchas enfermedades, entre ellas el cáncer.

Intenta mantenerte activo y controlar tu peso en función de tus características físicas. Además, te sentirás mejor evitando el sedentarismo.

Prevención secundaria del cáncer de colon

A partir de los 50 años y hasta los 90 se recomienda realizar estrategias de cribado periódicas para detectar un posible cáncer colorrectal y actuar a tiempo. No has de esperar a presentar síntomas evidentes para acudir a hablar con tu médico sobre este asunto, especialmente si tienes antecedentes familiares que hayan pasado por este tipo de cáncer (uno de cada cuatro casos de cáncer de colon tienen un componente familiar o hereditario).

Recomiendan realizar las siguientes pruebas diagnósticas:

El análisis de detección de sangre oculta en heces cada uno o dos años. Esta sencilla prueba puede disminuir la mortalidad por cáncer de colon entre un 30% y 35% , con lo que se salvarían unas 3.600 vidas al año.

La sigmoidoscopia cada cinco años.

La colonoscopia cada diez años.

Tomado de: https://www.webconsultas.com


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