El ecocardiograma (ETT) es una prueba que se usa para visualizar la estructura del corazón y así estudiar su funcionamiento hemodinámico, es decir, su capacidad de bombear sangre. Gracias a él se pueden diagnosticar con precisión enfermedades cardíacas, congénitas o adquiridas, y permite clasificarlas según su intensidad y origen. La prueba tiene el mismo fundamento que otras ecografías: la emisión de ultrasonidos a través del cuerpo que rebotan y se recogen con el mismo aparato.
Se trata de una prueba muy joven, porque se inventó en el siglo XX, y no se puede nombrar a un solo inventor de la técnica, ya que durante las últimas décadas han sido muchos los médicos que la han perfeccionado y han ampliado su uso a muchos campos de la medicina.
En el ecocardiograma tiene especial importancia la técnica Doppler, que se inventó en los años 80 y permite ver no sólo la estructura cardíaca, sino también la velocidad exacta de los flujos de sangre en el interior del corazón.
Tipos de ecocardiograma.
Hay varios tipos de ecocardiografía según la tecnología que se utilice. Pueden ser estudios en un plano, estudios de flujo, y estudios de dos dimensiones. Habitualmente se suelen realizar estudios en dos o tres dimensiones, con estudio de flujo añadido. El ecocardiograma clásico utiliza la vía transtorácica, es decir, se ve el corazón a través de los huecos de las costillas.
Un tipo especial de ecocardiograma es el transesofágico (ETE), que se realiza a través del esófago con una sonda. Aporta datos más exactos, pero su realización es compleja, y tan diferente, que se considera una prueba independiente.
El médico que realiza esta prueba es el cardiólogo, que estará bien entrenado para poder realizar la técnica correctamente. No es una prueba cara, pero su interpretación puede ser difícil en ocasiones, y debe ir siempre acompañada de un buen estudio médico completo mediante entrevista clínica y exploración física. Se trata de una prueba completamente segura, sencilla, y cómoda de realizar para el médico y el paciente. A día de hoy se trata de una prueba de rutina en muchos centros hospitalarios, incluidos los más pequeños.
Cuándo se hace un ecocardiograma.
El ecocardiograma es útil cuando se sospechan las siguientes enfermedades:
Valvulopatías: así se llama a las enfermedades de las válvulas del corazón. Básicamente pueden existir dos problemas, que las válvulas no se abran lo suficiente (estenosis), o que no se cierren correctamente (insuficiencias). En las estenosis valvulares se verá como la sangre tiene impedido el paso a través de un pequeño agujero. En las insuficiencias valvulares la sangre pasará bien, pero después regurgita a las cavidades anteriores. En ambos casos se auscultará un soplo cardíaco.
Insuficiencia cardíaca: cuando el corazón está debilitado por la edad, un infarto, u otros motivos, su contracción puede ser insuficiente y no bombea sangre correctamente. El ecocardiograma permite el estudio de la presión de la sangre dentro de los ventrículos y aurículas, siendo una prueba sencilla para el estudio de esta enfermedad.
Miocardiopatías: son las enfermedades del propio músculo cardíaco. Podemos dividirlas en tres tipos: hipertróficas, dilatadas y restrictivas. En las hipertróficas el corazón tiene el músculo más engrosado y es más potente de lo normal, pero también se relaja peor y almacena menos sangre. En las dilatadas es capaz de almacenar mucha sangre, pero tiene las paredes delgadas y débiles. En las restrictivas el corazón está rígido, no puede relajarse, pero su fuerza de contracción es normal.
Arritmias: aunque las arritmias son fallos eléctricos del corazón y su estudio se basa en otras pruebas como el electrocardiograma o el holter, el ecocardiograma permite ver las manifestaciones mecánicas de las arritmias. Por ejemplo, en una fibrilación auricular veríamos como las aurículas tienen un temblor constante sin llegar a contraerse en ningún momento.
Endocarditis: las infecciones de las válvulas cardíacas pueden estudiarse mediante ecocardiograma. Se producen verrugas que se pueden ver pegadas a las válvulas y entorpeciendo el flujo sanguíneo.
Embolismos: cuando suceden embolismos en cualquier parte del cuerpo (por ejemplo, un ictus embólico en el cerebro), se debe realizar un ecocardiograma para comprobar si el origen de los trombos está en el corazón, como suele ser frecuente.
Pericarditis y derrame pericárdico: esta prueba permite el estudio del pericardio, una membrana que recubre el corazón para protegerlo y lubricarlo. Los motivos de que se altere son muchos, en gente joven suele ser por infecciones virales y, en personas más mayores, puede ocurrir en contexto de tuberculosis o metástasis tumorales.
Cardiopatías congénitas: el estudio de las malformaciones cardíacas se ha revolucionado gracias a la ecocardiografía. Gracias a ella, a muchos recién nacidos se les pueden detectar alteraciones estructurales precozmente, y ser candidatos a reparaciones quirúrgicas. Algunas de las cardiopatías congénitas más frecuentes son la tetralogía de Fallot, la comunicación interauricular (CIA), o la comunicación interventricular (CIV).
Preparación para el ecocardiograma.
Si te van a realizar un ecocardiograma estas son las cuestiones que debes tener en cuenta para ir bien preparado a la prueba:
Duración: el ecocardiograma dura unos 10-20 minutos. Ese tiempo suele ser suficiente para estudiar todas las partes del corazón.
Ingreso: el ecocardiograma se puede realizar en un centro hospitalario o ambulatorio sin requerir ingreso. Tras la prueba, que dura unos minutos, puedes volver a hacer tu vida normal.
¿Es necesario ir acompañado?: no hace falta ir acompañado.
Medicamentos: no es preciso tomar ningún medicamento previo. Se debe comunicar al médico todas las medicinas que se toman habitualmente, especialmente si tomas fármacos contra la epilepsia, enfermedades psiquiátricas, antiarrítmicos, relajantes musculares, antiagregantes, anticoagulantes, o antiinflamatorios, pero nunca tendrán que suspenderse para realizar la prueba.
Comida: no es necesario permanecer en ayunas antes de la prueba ni después.
Ropa: puedes acudir a la cita de la prueba con la misma ropa de cada día. Quizá te pedirán que te descubras la parte superior del tronco para así estudiar el corazón cómodamente, por ello, procura llevar una camisa o camiseta que se pueda retirar fácilmente.
Documentos: lleva contigo el volante en el que se indica la realización de la prueba. Tienes que llevar la tarjeta sanitaria y el historial médico sobre las enfermedades a estudio, si las tienes, aunque el médico ya lo tendrá con él. Puede que te den algún documento después de la prueba.
Embarazo y lactancia: el ecocardiograma no está contraindicado en el embarazo o la lactancia. Algunos datos de la prueba pueden estar alterados, ya que el embarazo modifica el funcionamiento fisiológico del corazón.
Contraindicaciones: no existen.
Cómo se hace el ecocardiograma.
En primer lugar, el médico valorará si puede ser útil realizar el ecocardiograma. Para ello te hará una serie de preguntas sobre tu día a día y tu enfermedad, y a continuación te explorará, dando una especial importancia a la auscultación del corazón y de los pulmones. Después te citará un día para realizarte la prueba y te explicará las medidas básicas que debes saber para someterte a ella. No será necesario firmar ningún documento, ya que el ecocardiograma no entraña ningún riesgo para el paciente.
Cuando llegues al hospital y pases a la sala de la prueba te pedirán que descubras la parte superior del tronco. Te tumbarás en una camilla mirando hacia arriba y el médico te echará un gel en el pecho –que puede estar un poco frío–, y gracias a él los ultrasonidos alcanzarán fácilmente la superficie de la piel y penetrarán en el cuerpo.
Una vez que estés preparado te apoyarán en el pecho un transductor, que es el emisor y receptor de ultrasonidos que permite visualizar el corazón, y tiene el tamaño de un teléfono móvil. El médico moverá este transductor deslizándolo por la piel del tórax, y a veces presionando un poco contra las costillas. Buscará los huecos a través de las costillas por donde los ultrasonidos pueden pasar sin problemas.
Irá comprobando todas las estructuras del corazón una a una: válvulas, aurículas, ventrículos, aorta, venas, etcétera. De cada una de estas partes tomará longitudes, áreas, y estudiará la velocidad de la sangre y la cantidad que pasa por cada lugar. Se trata de un estudio minucioso que necesita un entrenamiento previo que puede durar años.
Mientras se realice el estudio tú no deberás hacer nada. Puede ser que a veces el médico te pida que inspires profundamente o que aguantes la respiración. Procura hacer caso a sus indicaciones para facilitarle la labor.
Una vez finalizada la prueba se retirará el transductor y te darán papel para que te limpies el gel de la piel. Después podrás vestirte, recoger tus cosas y marcharte. A veces te piden que esperes unos minutos hasta que redactan el informe que te pueden entregar en el momento.
El ecocardiograma no tiene complicaciones porque se trata de una prueba no invasiva que no supone ningún riesgo para las personas que se someten a ella. Como anécdota, a veces se han descrito casos de alergias al gel que aplican al inicio, pero son alergias cutáneas leves y delimitadas.
Resultados del ecocardiograma.
Durante toda la prueba el médico apunta datos que utilizará después para redactar el informe. Al mismo tiempo que se realiza la prueba se pueden observar estas mediciones, pero es prácticamente imposible analizarlas porque se necesita tiempo y dedicación para estudiar los diferentes parámetros al mismo tiempo.
El cardiólogo analizará las diferentes magnitudes. Si están aumentadas o disminuidas, pueden tener un significado. Pocas veces un solo dato sirve para dar un diagnóstico, normalmente varias medidas alteradas, junto con la historia clínica y la auscultación pulmonar, son las que aportan el diagnóstico final.
Dentro del informe pueden venir imágenes de las distintas partes del corazón. Son imágenes muy difíciles de interpretar, pero un médico es capaz de ver los pequeños cambios que indican trastornos cardíacos estructurales. Otra posibilidad es que te entreguen un disco compacto con vídeos del estudio; esto es especialmente útil para mostrar las alteraciones del flujo cardíaco, porque con una imagen fija no se pueden apreciar ni el momento concreto cuando ocurre, ni sus variaciones en el tiempo.
Podrás ir a recoger los resultados del ecocardiograma al cardiólogo que te prescribió la prueba. En esa cita te explicará las alteraciones que se han visto a lo largo del estudio. Puede que considere necesario realizar más pruebas que determinen mejor el diagnóstico, como por ejemplo un ecocardiograma transesofágico o un cateterismo. Se te explicarán las opciones de tratamiento y te recomendarán la más adecuada.
Tomado de: webconsultas
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