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EPOC: que es? síntomas y tratamiento

EPOC: que es? síntomas y tratamiento

La Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) es una de las enfermedades más frecuentes que causa dificultad para respirar.

A nivel mundial, y de acuerdo con el Estudio de la Carga Mundial de Morbilidad, la prevalencia de la EPOC en 2016 fue de 251 millones de casos.

¿Qué tipos de EPOC hay?

La EPOC puede ser leve, moderada o grave según el grado de obstrucción y se presenta como:

Bronquitis crónica: inflamación de las vías aéreas con tos y expectoración de moco.
Enfisema: destrucción de los alvéolos, lo que ocasiona un atrapamiento del aire en el pulmón.Ambas formas se encuentran en mayor o menor grado en todos los pacientes con EPOC.

¿Cuáles son sus causas?

La causa principal de la EPOC es la exposición al humo del tabaco, lo que incluye tanto a personas fumadoras como a fumadores pasivos. El tabaquismo es un hábito que actualmente practica el 25% de la población española.

Cuanto más fume una persona, más probabilidad tendrá de desarrollar esta enfermedad, cuyo grado de severidad puede variar dependiendo de:

La genética del paciente: las personas que tienen un déficit de la proteína alfa-1 antitripsina pueden desarrollar una enfermedad pulmonar obstructiva crónica grave y a edades tempranas (antes de los 30- 35 años).

La convivencia con personas que fuman en casa o en el trabajo. Son los denominados fumadores pasivos.

La exposición permanente a gases tóxicos en el trabajo y la contaminación ambiental: sobre todo cuando a estos se suma la inhalación de humo de tabaco directa o pasiva.

La frecuencia de infecciones respiratorias y bronquitis agudas desde la infancia: puede producir una bronquitis crónica y conducir a enfermedad pulmonar obstructiva crónica.

¿Cuáles son los síntomas de la EPOC?

Los síntomas de la EPOC pueden ser leves al principio por lo que, a veces, el paciente no le da importancia o desconoce que padece la enfermedad.

Las principales señales de alarma son:

Tos con expectoración de moco.
Dificultad para respirar (disnea), que empeora con la actividad y el esfuerzo.
Pitos y ruidos al respirar (roncus y sibilancias).
Frecuencia mayor de agudizaciones respiratorias por infecciones víricas y/o bacterianas.
Cansancio y apatía.

No todas las personas que presentan los síntomas descritos padecen EPOC; es al profesional médico a quien le corresponde determinar su aparición. A medida que la enfermedad evoluciona, los síntomas pueden agravarse y requerir atención médica de urgencia.

¿Cómo se detecta?

La mejor prueba para el diagnóstico de la EPOC es la espirometría basal forzada, una prueba muy sencilla que consiste en soplar en un espirómetro con toda la fuerza posible. Se trata de una prueba que, en personas que presentan factores de riesgo ante EPOC, es recomendable realizar una vez al año.

Esta prueba informará sobre dos parámetros:

La capacidad total pulmonar: la cantidad de aire contenida en los pulmones y que podemos expulsar.
La cantidad de ese aire que expulsamos en el primer segundo: si ha disminuido es indicativo de obstrucción de las vías aéreas, lo que, si no se padece asma, es indicativo de EPOC.

Ante la sospecha de padecer EPOC, se puede realizar una pulsioximetría, prueba inocua para valorar la saturación de oxígeno en la sangre y que se debe realizar tanto en situación de reposo (basal) como en ejercicio (basta con hacer al paciente levantarse y sentarse varias veces), con objeto de determinar si, en esta última situación, la saturación de oxígeno en la sangre disminuye más de lo normal.

Otras pruebas para completar su estudio son las analíticas, radiología, pruebas de función respiratoria, etc.

¿Cuáles son sus posibles complicaciones?

La EPOC puede contribuir al desarrollo de graves problemas de salud. Algunas de sus complicaciones más frecuentes son:

Trastornos cardiacos.
Infecciones respiratorias y neumonía.
Neumotórax.
Pérdida considerable de peso y desnutrición.
Fatiga muscular.
Debilidad.
Trastornos del sueño.
Depresión.

¿Cuál es su tratamiento?

La EPOC no tiene cura, pero hay muchas medidas que se pueden tomar para aliviar los síntomas e impedir que la enfermedad empeore. Por ejemplo:

Dejar de fumar.
Evitar la inhalación de gases tóxicos.
Prevenir las infecciones respiratorias más frecuentes con la vacunación adecuada.
Tratamiento farmacológico: basado en medicamentos como inhaladores de broncodilatadores, antibióticos, esteroides o antiinflamatorios, u oxigenoterapia, entre otros.
La fisioterapia respiratoria: puede ayudar también a mejorar la calidad de vida del paciente, favoreciendo el tono muscular, el estado anímico y, como consecuencia de todo ello, la función respiratoria y cardiaca (http://fisioterapiarespiratoria.org)

No hay que olvidar que la EPOC es una enfermedad crónica, por lo que cuanto antes se diagnostique y se ponga tratamiento para prevenir la progresión, mejor le irá al paciente.

Diez consejos ante la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica

1. Si fumas, déjalo
El tabaco incide directamente en la progresión de la enfermedad. Si es posible, asegúrate, además, de que nadie fume en casa, ya que los fumadores pasivos también pueden sufrir el humo del tabaco.

2. Evita la contaminación ambiental o laboral
La exposición a algunas sustancias como el polvo y los olores fuertes puede agravar tus síntomas.

3. Descansa lo suficiente
Dormir bien influye en tu estado de ánimo y en tu energía para afrontar los retos del día a día.

4. Realiza ejercicio físico
Practicar deporte de manera moderada aumentará tu fuerza y mejorará tu calidad de vida.

5. Apuesta por una dieta equilibrada y una correcta hidratación
Consume alimentos saludables y variados como la carne, el pescado, la fruta y las verduras, y bebe mucho líquido para mantener una expectoración fluida.

6. Come 5-6 veces al día
Evita las comidas copiosas y distribuye su ingesta a lo largo del día para aligerar la carga respiratoria.

7. Cumple con el tratamiento prescrito
Toma la medicación pautada por tu médico, respetando los horarios y sin olvidar ninguna toma.

8. Visita a tu médico con regularidad
Realizará un seguimiento y control de tu enfermedad de manera continuada y analizará la evolución de los síntomas.

9. No te aísles
Habla con tu familia y amigos sobre la enfermedad e intenta mantener una vida social activa.

10. Si estás deprimido, pide ayuda
Estar estresado o deprimido puede empeorar los síntomas de la enfermedad, hazle frente y busca atención profesional lo antes posible.

Javier Palicio

Tomado de cinfasalud.com

Esta información en ningún momento sustituye la consulta de un profesional médico.


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