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Vivir sin adicciones

Vivir sin adicciones

Del tratamiento cubano para vivir sin adicciones es distintivo la participación de un equipo multidisciplinario y el tratamiento se complementa con la belleza de un entorno natural, acogedor y un ambiente más saludable

 

Resulta difícil cortar las ataduras que puede representar una adicción, implica voluntad de iniciar el camino y, una vez en él, estar rodeado de hombros donde apoyarse, oídos que no juzguen y una mano, o varias dispuestas a impedir el mínimo tropiezo. Salirse de ese círculo demanda, también, de un acompañamiento especializado orientado en la autoestima y la fortaleza de espíritu, mediante herramientas que empoderen y forjen una resistencia capaz de sobreponerse a las tentaciones que estarán en el entorno.

 

¿Qué distingue al programa para vivir sin adicciones que ofrece Cuba?

 

El doctor Osvaldo Héctor Ardisana, asegura que: «lo hace distintivo el enfoque multifactorial, con la participación de un equipo multidisciplinario, experimentado e integrado por médicos, psiquiatras, psicólogos, preparadores físicos, enfermeras, trabajadores sociales, así como especialistas en medicina natural y tradicional con una entrega, dedicación y cariño obsequiados con naturalidad a los pacientes; expresión del abordaje terapéutico con sentido ético-humanista».

 

Según afirma el funcionario, constituye una terapia personalizada en función de las necesidades de quienes la requieran, a través de herramientas que les permite enfrentarse nuevamente a la vida y a la sociedad. El tratamiento se complementa con la belleza de un entorno natural, acogedor y un ambiente más saludable.

 

La terapia requiere de una estancia de aproximadamente 97 días y se enfoca en el aspecto cognitivo conductual, sin distinción del tipo de adicción. Comprende una evaluación inicial, en la que se recomienda la compañía de un familiar o una persona cercana debido a que esta primera etapa de abstinencia se torna difícil, pues el paciente podría ocultar o no recordar información relevante. Además, reafirma el vínculo con la familia, su compromiso con el paciente y una interacción constante con el equipo médico. En esta fase, la voluntad del paciente siempre será un importante elemento a tener en cuenta, en tanto, su cooperación en el proceso es esencial para la recuperación y su capacidad para enfrentarse al complejo momento por el que atraviesa.

 

Durante el período de estancia, realizan actividades en Comunidad Terapéutica y cada semana reciben una evaluación según el cumplimiento de los objetivos propuestos por etapas, así como de la comunidad, además de autoevaluarse a sí mismos.

 

En determinados momentos de la terapia, acompañado de sus pares y de los terapeutas, realizan visitas a museos, teatros y sitios naturales, lo que contribuye a su preparación para insertarse progresivamente en la sociedad, una vez adquiridas las herramientas que le permitirán decir no a las sustancias o prácticas adictivas, mantener una vida social, trabajar o estudiar, sin dependencias.

 

¿Cuáles son las principales instituciones donde se brindan estos servicios?

 

El programa para vivir sin adicciones se desarrolla en Granma, Holguín y Santiago de Cuba, donde se encuentran los principales Centros Internacionales de Salud destinados a este tratamiento destinados a este tratamiento, los cuales cuentan con atención médica las 24 horas del día.

Villa Colibrí, fundada hace más de 10 años y ubicado en el litoral a 30 kilómetros de la ciudad de Santiago de Cuba, posee una alta demanda a nivel internacional y una capacidad de hospedaje de 22 habitaciones climatizadas, según explicó el doctor Luis Fong Barrios, especialista en Psiquiatría y jefe del Equipo Terapéutico: «Es un lugar campestre muy acogedor, ubicado en un entorno natural dentro la zona protegida del Parque Baconao, donde se pueden observar las aves y escuchar sus cantos», aseveró.

 

En la provincia de Holguín, las Villas Cocal y Quinqué, están ubicadas en un entorno suburbano natural. La M.Sc. Mayra González García afirmó que: «la Villa Quinqué recibió sus primeros clientes en el año 1990, y en 1992 reanuda sus servicios enfocados en este programa con una capacidad de 26 habitaciones dobles climatizadas y otras prestaciones hoteleras». Luego de su reinicio, se convirtió en la primera del país dedicada a estos tratamientos, y se encuentra a 7 km de la ciudad y a 5 km del aeropuerto internacional. Dispone además de un gimnasio, piscina y multicancha para actividades deportivas. Por su parte, Villa Cocal, fundada en 1997 con igual prestaciones, dispone de 30 habitaciones con similares condiciones, aseveró González.

 

Otro de los centros es El Yarey, en el municipio Jiguaní de la provincia Granma. Allí, la doctora Giselle Carbonell explicó acerca del estilo campestre y la capacidad ocupacional máxima de 30 huéspedes. La instalación, donde han sido atendidos más de 300 pacientes, posee diversos servicios hoteleros, servicio wifi, varias áreas de consultas que incluyen área de masajes, de relajación, así como jardines en los que se brindan diferentes terapias naturistas. En sus cercanías existen senderos aptos para paseos a pie y a caballo, y espacios para la práctica de deportes al aire libre.

 

Una de las pacientes de estos centros nos sorprendió al afirmar: «Gracias Cuba por darnos la oportunidad de regresar a nuestras vidas, gracias porque ya no seré rechazada por la sociedad». Y es que Cuba ha alcanzado loables resultados, en más de 20 años de experiencia, en el desarrollo del programa para el tratamiento de las adicciones en pacientes, fundamentalmente de América Latina −México, Colombia, Chile, Venezuela− y algunos países del continente africano. Pero sobre todo ha demostrado que con empeño y mucho amor se vivir sin adicciones.

 


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